Una cosa es tener comida y otra cosa es poder comer; una cosa es tener dinero otra cosa es poder
disfrutarlo; una cosa es tener la religión y otra muy diferente es tener fe.
Hay personas que, aunque tienen mucha riqueza no la disfrutan y hay personas que Dios les restringe el sustento, pero agradecen de corazón cada bocado
que tienen. En una ocasión el Profeta Muhammad, que la paz sea con él, le preguntó a su esposa si había algo para comer y ella le dijo que no, él contestó: "Entonces ayunaré este día".
Esta es la forma en que el creyente verdadero toma las situaciones buenas o malas y las convierte en oportunidades.