Dios dice en el Corán: “En el Día (de la resurrección) quienes eran amigos cercanos serán enemigos unos de otros excepto los temerosos”.
Hay personas afortunadas a quien Dios le concede un amigo que se preocupa contigo en vez de preocuparte; cuando te ve triste te abraza y te apoya hasta que sonrías; mira tus errores y los cubre tal como los propios; un amigo que comparte los momentos dulces y amargos de la vida, porque la vida es así amarga y dulce; un amigo que te cura las heridas sonríe cuando lo necesita, te habla con autoridad y sabiduría cuando lo necesitas. Un amigo es como una llama que arde, aunque haga frío o calor y que siempre estará allí sin importar lo que te pase, la riqueza más valiosa en este tiempo es un amigo sincero y veraz que no te arreglará la vida, pero estará contigo en todo momento. ¿Tienes algún amigo así?