Ten la seguridad de que la ayuda de Dios no viene de manera habitual, eso nunca sucede. Cuando la ayuda de Dios viene, llega en el momento más oportuno, en el que más lo necesitas. Por lo que si Su ayuda no ha llegado aún es porque no es el momento adecuado, no te preocupes ni te estreses, tu obligación es mantenerte temeroso de Él y verás cómo Su auxilio vendrá, sin que te canses de esperar.