En verdad, Dios te creo libre. Tú debes permanecer, así como fuiste creado. La persona libre es aquella que no vende su intelecto, su razonamiento, su pensamiento ni sus principios. La alabanza a Dios protege al corazón de los efectos de las malas palabras, lo alimenta de más sentimiento de complacencia en Su Señor. Todas las situaciones difíciles que atrevieses, enfréntalas con buenas palabras, con alabanzas a Dios, con oraciones, con postraciones y verás que los problemas serán solo recuerdos. Empieza el más hermoso de los viajes, el viaje a tu Señor, hay un paraíso en esta vida y un Paraíso en la otra. El paraíso de esta radica en las buenas palabras.