Han pasado muchos días desde que naciste, muchos de ellos buenos y dulces. Sin embargo, los mejores días y los peores aún no los has probado, la vida no es siempre igual, los días son diferentes y las situaciones que afrontarás en cada día también son diferentes, pero en todos ellos está la Misericordia de Dios, sin importar lo que pase. A veces hay días tan duros y tan difíciles que pensamos que nunca terminarán, la única forma de sobrellevarlos en con la esperanza en Dios y lo más importante es que aprendas de ellos, aunque los días sean malos tus pensamientos y esperanzas no deben serlo. Cuando lo que tanto deseas no ha llegado, no es porque no vendrá, sino porque lo que recibirás será mucho mejor. Eso se llama confiar en Dios, eso se llama ser creyente.