A todos les vendrán momentos de alegría que te harán olvidar los días difíciles. La persona positiva no es la que es feliz sino la que espera el futuro con esperanza y fe, porque no olvidan que tanto las dificultades como los alivios provienen del mismo Dios. Así como los árboles se secan en otoño hasta parecer muertos, la primavera que Dios les envía los revive una y otra vez, si así es con un árbol, ¿cómo esperas que sea con un creyente? El árbol seco no se cae, sino que confía en Su Señor, ¿el árbol es mejor que tú, un árbol te supera en fe? Se paciente, positivo, sonriente, Dios está contigo. Verás que la luz de Dios iluminará no solo tu camino sino tu vida entera y encontrarás que la paz siempre ha estado en el mismo lugar, ¡dentro de ti!