Si te conviertes en tu mejor amigo, en tu mejor compañero, nunca te sentirás solo y sabrás que eres una luz que puede debilitarse, pero no apagarse. Siempre que confíes en Dios con respecto a tu vida, sustento y tu felicidad, te doy las buenas noticias de que cualquier cosa que creas que te haga daño se convertirá en alegría, superarás cualquier obstáculo y barrera, aunque eso amargue a los envidiosos. Recuerda que el secreto es encomendarte a Dios y tener tranquilidad con su decreto, agradecer lo bueno y ser paciente en lo malo.