La persona que tiene buenas intenciones las siente por todas las personas sin excepción. Ya que la felicidad de los demás por más grande que sea no disminuye en lo absoluto la suya propia. Sabe que la riqueza de los demás, aunque sea mucha no disminuye la propia, y la buena salud de los demás no afecta la de él en nada. Cuando beneficias a los demás Dios te concede luz de donde menos lo esperas, las personas te amarán más de lo que imaginas, tus súplicas serán respondidas más rápido de lo que piensas, así pues, que esperas para convertirte en una persona buena con una intención buena.