Con respecto al Corán, estamos muy equivocados cuando con nuestras obras diarias (no con nuestras bocas), decimos que no es algo importante. Cuidamos el Corán del polvo y la suciedad, pero olvidamos que él es el que nos cuida del desvío y el fuego. En el Corán vemos que un hombre que estuvo en el estómago de una ballena, en la oscuridad, en un lugar en el que nadie lo encontraría, donde la muerte lo acechaba, el miedo, el dolor, la angustia, pero con una sola frase todo desapareció: "no hay divinidad excepto Tú, Exaltado seas, en verdad he sido de los injustos". No dudes del poder del Corán en tu vida.