El único Sustentador es Dios, él ha prescrito y designado el sustento a cada uno de Sus siervos. Nadie tendrá el sustento de otro, así que no sientas envidia, lo que Dios te prescribió irá directo a ti. Dios no solo decreta el sustento, sino que decreta los medios para que el sustento llegue a ti, tranquilízate, el mismo Dios que decreta tu sustento es el mismo que te lo hará llegar, llegará como sea e incluso, llegará de las manos de los que te lo han querido quitar. Si esta vida se te hace estrecha como el ojo de una aguja, Dios hará que tu sustento fluya como un hilo a través de él, confía en tu Señor.