Cada obra buena que hagas es una semilla que dejas. Esa semilla germinará, crecerá y los frutos los recogerás en esta vida y en la próxima. Tú decides que sembrarás en esta vida, si eliges lo correcto, Aquel que hará crecer tus obras no es sino el Señor de los Mundos. ¡Confía! Esfuérzate y llena tu jardín de flores que crecerán con buenas obras e intenciones.