Que La Paz sea con aquellos que tienen palabras que agradan a los demás cuando los demás solo hacen silencio; que cuando encuentran una herida la curan; que cuando encuentran una tristeza la desvanecen. No se presentan sino con paz y son como árboles que dan frutos de fe, y sus frutos son alegrías, paz, cariño, comprensión y caridades.
Lo más increíble de estas personas es que no esperan nada de nadie, sino que saben que su recompensa es solo ante Dios. ¿Conoces a alguien así?