Soñar es complicado, el día a día es más difícil, las palabras son hirientes como cuchillos y las miradas pueden acabar contigo. Pero un día vivirás una primavera llena de flores, ese otoño pasará, ¿acaso no confías en Dios? Ese Dios que te dice que ciertamente después de toda dificultad viene el alivio. ¡Que Dios te bendiga y alegre todas tus mañanas y que cada noche sea un merecido descanso!