Convierte cada una de tus cualidades y defectos en cosas buenas, haz que el aire que choca con tu cara llegue a otros con el aroma del almizcle. Si dejarás volar algo, que sean tus súplicas. Dale alivio a tu alma dejando todos los problemas en manos de quien puede solucionarlo. Sonríe para que el nuevo amanecer alegre tus días. Medita en esto: “en esta vida puedes dar medio dátil de caridad y se te aceptará. En la próxima vida, aunque dieras una montaña de oro esta no será aceptada”.