No te alejes de Dios deseando una vida llena de “felicidad”, de esa alegría que es temporal e ilusoria. Recuerda que no hay felicidad excepto en la complacencia de Dios y no hay vida excepto aquella en la que Dios está presente, es posible que en esta vida mundanal no puedas cumplir todos tus sueños, sin embargo, una vida en la que complaces a tu Señor, te aseguro que es la vida más hermosa que puedas soñar.