Del tamaño de tus esperanzas, del tamaño de tus sueños, del tamaño de tu positivismo, así será lo que un día Dios te concederá. Tú puedes crecer tanto como seas capaz de soñar y lo más bonito es que estos sueños los puedes renovar una y otra vez, el que te los cumple es Todopoderoso. Por eso la esperanza no debe perderse mientras estés vivo, atrévete a soñar a crecer y a actuar con la ayuda de Dios.