Ramadán es un mes de obras y amor, pero también, para descubrir el sacrificio y humildad que han caracterizado a los musulmanes durante cientos de años. Las generaciones anteriores no pasaban Ramadán dormidos, quejándose del calor o mirando el reloj a ver cuánto faltaba. Ellos trabajaban, luchaban más que un soldado y rezaban más que un monje. Ellos hicieron su esfuerzo, nos toca a nosotros hacer el nuestro y dejar un camino trazado para las nuevas generaciones. ¿Estás listo?