Ayuda al débil, dale al pobre, sonríele al que está triste, es una realidad que todos moriremos y no quedarán sino nuestras obras así que riega obras buenas por el mundo. La ayuda más noble es aquella que le das a una persona que tú muy bien sabes que no tiene los medios para ayudarte a ti, que lo que reciba de ti no podrá devolvértelo después, porque esa es la ayuda desinteresada. Ofrece el bien y la alegría, ayuda a las personas sabiendo que la necesidad más grande la tienes tú y no el. Cada vez que te sientas triste, solo o deprimido extiende tu mano y ayuda a los que lo necesitan la recompensa de eso será alegría en tu corazón, humildad y el acercamiento a tu Señor.