El amor entre creyentes no debe ser difícil ni debe suponer una dificultad, ya que Dios es quien une esos corazones. El creyente es aquella persona que siembra en los corazones de las personas el amor a Dios y no a él mismo, no es alguien que intenta impresionar, sino que busca impresionar a las personas sobre la grandeza de Dios. No es alguien que exhibe títulos y logros, sino que aplaude las buenas obras de los demás, es alguien de buenos modales y que busca ayudar. En Esta vida no todo es bueno y nada es perdurable, solo lo que hayas dedicado a Dios, si quieres cosechar no olvides que primero debes sembrar.