Un sabio dijo en cierta ocasión: "el placer del pecado es temporal y la consecuencia es permanente, mientras que el cansancio de la adoración es temporal y su recompensa es permanente". Que cierto es, el cansancio del ayuno es temporal, incluso es tan corto que en la noche ya lo olvidas. No pienses en eso sino en la recompensa tan grande que te espera por este esfuerzo tan pequeño. Dios da mucho a cambio de poco, tienes un Dios Generoso con el que es agradecido. ¿No vale la pena? ¿No es Dios digno y merecedor de que hagamos lo mejor para Él?