Tuvimos hambre, tuvimos sed, algún dolor de cabeza y cansancio, pero también cumplimos un pilar de la religión. El Paraíso no es un camino alfombrado con rosas, el Paraíso necesita esfuerzo, lucha y sobre todo autocontrol. También durante este primer día de ayuno de Ramadán, supiste lo que es pasar hambre, lo que sienten los pobres. La diferencia es que tu sabías a qué hora ibas a comer, pero ellos no saben a qué hora lo harán. Medita entonces en las palabras de Dios en el Corán. No maltrates al huérfano, no rechaces al mendigo.