Haz grandes cosas. Si no puedes, entonces haz pequeñas cosas, pero de una gran cantidad. El verdadero éxito consiste que lograr comenzar cosas que no terminan cuando sea tu final. El creyente inteligente no es el que busca ocupar su tiempo en la adoración a Dios, el inteligente es el que hace que sus buenas obras sigan viviendo después de su muerte. Quien no planea para el éxito ha planeado su fracaso.