No te destruyas a ti mismo con el pensamiento acerca del futuro ya que Dios es el Único que decreta y decide. Para algunos dolores en la vida solo hay que guardar silencio y hacer súplicas, no desesperarse con los pensamientos. Lo más difícil a lo que puede enfrentarse una persona es a sus propios pensamientos, por ello repite siempre: ¡Dios te pido que me concedas tranquilidad espiritual y la capacidad de dejar todos en tus manos!