La buena compañía no es otra cosa que un sustento. Si hay en tu vida un amigo bueno, que te guíe al bien, aférrate sin importar lo que pase, ya que nunca te dejará caer. Mientras haya en tu vida un amigo sincero siempre tendrás donde apoyarte. El Profeta (la paz sea con él) tuvo a Abu Baker; Moisés (la paz sea con él) tuvo a Arón (la paz sea con él). ¿Tienes a alguien tu? Y más importante aún, ¿eres tú un amigo que llama al bien?