Frecuenta a las personas que siembren la esperanza en tu vida, la esperanza de que está vida cambiará a mejor y la esperanza en el Paraíso eterno. Siéntate a hablar con aquellas personas que cuando las escuchas tú alma se llena de alegría y fe, busca a esa persona que su compañía te alegre y cuando se despiden piensas en la próxima reunión. Busca una persona así y mantente a su lado, la belleza de la vida está con quien la compartes. No sé cómo se llame esa persona, pero sí sé que, es descrita como “creyente”.