Cuando des caridad a una persona se paciente con él, no le hagas sentir que está en una posición inferior porque podrías herirlo, no lo obligues a agradecerte, no mantengas tu mirada puesta sobre él para que no sienta vergüenza ante ti por recibir caridad. Haz el bien y después dirige tu corazón humildemente a Aquel que conoce lo que hay en tu interior y por último recuerda que la necesidad que tiene el que da caridad, es mucho mayor que la necesidad que tiene quien la recibe.