Se feliz y no olvides aplicar las reglas de la felicidad:
- No odies a nadie, consume tu corazón.
 - No vivas preocupado, la solución está en las manos de Dios.
 - Vive de forma humilde, ser rico o ser pobre no es sinónimo de humildad, no te confundas.
 - Espera lo mejor, ¿acaso no es Dios quien decide el futuro?
 - Se generoso, ¿acaso la recompensa del bien no es sino el bien mismo?
 - Sonríe, estás vivo y aún tienes oportunidad.
 - Nunca dejes de pedirle a Dios por tus hermanos en secreto, un ángel escribirá por cada suplica: "y para ti lo mismo".
 
Aplica estas reglas y la felicidad será un hecho.