Súplicas proféticas: “¡Oh Al-lah! Concede a mi alma el temor de Ti, y purifícala pues Tú eres quien mejor purifica, Tú eres su Dueño y su Señor. ¡Oh Al-lah! Me refugio en Ti del conocimiento inútil, del corazón que no venera, del alma que no se satisface y de la súplica que no encuentra respuesta" .