Esfuérzate mucho para que Ramadán en vez de ser un mes de cansancio se convierta en tu mayor alegría cuando te presentes ante Dios. Haz que tu día y noche entera sea para que los sueños se cumplan. Llena el día de súplicas y Dios lo llenará de respuestas. Llena tu día de arrepentimiento y Dios lo llenará de perdón, llena cada Ramadán de obras buenas y Dios lo llenará de alegría.