Los corazones buenos viven en un lugar al que solo pueden llegar las personas nobles, esos corazones cuando laten lo hacen con el propósito de dar, de ayudar, aunque muchos los intenten romper o destruir estos corazones no dejan de dar y hacer el bien, el secreto de esto es que el rencor no tiene cabida allí. Así es y así vive un creyente. Debes aprender cómo ser una luz para los demás así tengas poco con que brillar, no se necesita mucho para ayudar a otros y para hacer felices a otros solo debes guiarlos a Dios y es Él quien te dará una recompensa grande por esto, "acaso la recompensa del bien no es sino el bien mismo".