Cuando ayudas a los demás, cuando alimentas a un pobre, cuando le sonríes a las personas, cuando estás pendiente de tu familia y eres bueno con tus padres, cuando logras controlar tu lengua para no decir nada malo, cuando eres amable en el trato, cuando eres honesto al comprar o vender algo, cuando rechazas los sobornos, regresas aquello que se te dio en confianza, cuando respetas los derechos de los demás, preservas tu miradas y evitas mezclarte con quien no debes, cuando eres dulce, paciente, humilde y veraz… Haz de saber que todo eso tiene un nombre y se llama adorar a Dios, la adoración no es solo rezar sino que el rezo es una parte de la adoración pero estas acciones son las que hacen que cientos de personas conozca la verdad de Dios. ¡Que Dios nos guíe a todo aquello que ama!