Es suficiente para nosotros saber que Aquel que está en el cielo nos conoce, conoce nuestros sentimientos y escucha las súplicas que elevamos desde la tierra a los cielos. Más importante aún, Él es quien las hace realidad, para Él no hay barreras ni distancia. Y si para Él no las hay, ¿por qué las colocas tú? ¿Por qué pensar que para Dios algo es imposible o no está a Su alcance?, si lo piensas así, no conoces a Tu Señor y si no lo piensas así entonces no le pongas límite a tus súplicas.