Hay cosas que necesitas y cosas que deseas. Y entre lo que necesitas y lo que deseas, Dios decide lo que te conviene. Señor nuestro, concédenos todo aquello que te complazcas y danos conformidad con lo que tenemos, llena nuestras almas de felicidad. Recuerda siempre que lo que Dios decreta para ti y la forma en que maneja tu vida es imposible de mejorar.