A contrario de lo que muchos creen, el verdadero fundador del cristianismo actual no fueron las enseñanzas de Jesús -la paz sea con él- sino Pablo de Tarso quien aseguró haber visto una aparición para fundamentar en ello las doctrina de una nueva religión.
No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; No he venido a abrogarlas sino a cumplirlas. Les digo la verdad, hasta que el cielo y la tierra desaparezcan, ni la letra más pequeña, ni el menor trazo de una pluma, de ninguna manera desaparecerá de la Ley hasta que todo se cumpla. Cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y enseñe a otros a hacer lo mismo, MUY PEQUEÑO será llamado en el reino de los cielos, pero cualquiera que practique y enseñe estos mandamientos, será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no supera a la de los fariseos y de los maestros de la ley, ciertamente no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 5:17-20)